Contra la criminalización de las luchas populares; Solidaridad con los compañeros perseguidos en Puerto Montt.
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La criminalización, a nivel nacional, de las luchas sociales y de sus protagonistas, roza ya en el paroxismo. Por cierto, no es algo anormal para un sistema en el cual el poder político y económico es ejercido mediante la institucionalidad democrático-burguesa, que no duda en reprimir abierta o solapadamente todos los intentos de organización y levantamiento de procesos de lucha que no van al compás de los intereses del empresariado. Esto se ha hecho patente estos últimos días, por una parte, con el alevoso asesinato del comunero Mapuche Jaime Mendoza Collío, a manos de la policía militarizada que cumple la labor represiva estatal en las tierras araucanas, y la posterior respuesta policial violenta frente a las manifestaciones de repudio a este asesinato; y, por otra, se pone de manifiesto en la sistemática persecución y hostigamiento judicial a luchadores sociales de Puerto Montt, que han denunciado las terribles consecuencias sociales y ambientales que la industria salmonera ha dejado en el sur de chile, además de sus últimos intentos, con la venia del gobierno, de privatizar el mar, para sacar alguna jugosa ganancia del desastre que ha dejado como herencia esta industria. Entre las personas criminalizadas, se halla el biólogo marino Héctor Kol, a quien, junto a otros tres activistas, se les acusa de ser los autores intelectuales de un ataque incendiario a una sede de SalmonChile en Puerto Montt, cuestión totalmente falsa, que forma parte de un burdo montaje cuyo único objetivo, como hemos dicho, consiste en criminalizar la crítica y protesta social, para de esta forma amedrentar y dejar en claro el mensaje desde las esferas gubernamentales: “Las personas que aleguen y protesten son delincuentes y serán castigadas con todo el rigor de la ley” (ley que ampara a los poderosos para explotar y saquear sin problemas).
Desde nuestras posiciones decididamente de clase y anticapitalistas, entregamos nuestra más sincera solidaridad hacia Héctor Kol y los demás luchadores sociales procesados. Sabemos que no están solos, que cuentan con el apoyo de trabajadoras y trabajadores, de estudiantes y de una gran cantidad de personas concientes. Ese es el fruto de su encomiable labor. Pero también queremos dejar en claro nuestro más profundo rechazo a estas maniobras represivas desde el Estado, las cuales ni siquiera dentro de su misma parcializada legalidad tienen justificación.
Estos hechos nos muestran claramente el compromiso que el gobierno concertacionista y la gran mayoría del circo politiquero mantiene con el empresariado; es decir, el compromiso en la defensa de un sistema basado en el enriquecimiento de unos pocos a costa de la explotación de las mayorías y de la destrucción de ecosistemas. No debe esperarse otra cosa; todo este marco institucional no cumple más que esa función, sean quienes sean los payasos que lo administren. No debemos fiarnos de esta democracia blindada; en la conciencia y organización del pueblo es donde depositamos nuestra confianza, en nuestra capacidad de solidaridad y lucha. En el desarrollo de experiencias que apunten a la organización de los/as explotados/as, es decir, a la organización de nosotros/as mismos/as, en nuestra continua educación y desarrollo de conciencia, comprendiendo que la raíz de los problemas son las relaciones sociales y productivas capitalistas, y que contra ellas nos organizamos y levantamos, sólo de esa forma iremos fortaleciéndonos y adquiriendo la experiencia necesaria para poner freno a estos descarados y prepotentes atropellos, a la vez de ir creando, desde el seno del pueblo, un mundo nuevo basado en la solidaridad y la cooperación, y en el respeto conciente al entorno natural del que formamos parte integral.
¡BASTA DE MONTAJES BURDOS Y ABSURDOS!
¡SOLIDARIDAD CON LOS COMPAÑEROS PERSEGUIDOS!
¡FUERA LAS SALMONERAS SAQUEADORAS Y EXPLOTADORAS!
¡CONSTRUIR Y DESARROLLAR MOVIMIENTO POPULAR!